martes, 13 de mayo de 2008

A OSCURAS

A principios de 1998 la prensa difundió una noticia discreta: en Bélgica, alguien había alertado a la policía de que un vecino podía encontrarse en una situación grave dado que, aun sabiéndose que la persona había entrado y salido de su casa con cierta regularidad, ésta sin embargo llevaba muchos días a oscuras. Por el día, las persianas exteriores permanecían bajadas. De noche, ninguna luz podía entreverse en el interior de la vivienda.
El aviso solidario tuvo un efecto imprevisto: el vecino en cuestión no sólo era encontrado en su domicilio, en perfecto estado, al primer intento por parte de las fuerzas de seguridad, sino que, a la vez, era rigurosamente detenido y encarcelado.
El hombre oscuro era un importante caco buscado sin éxito desde hacía tiempo por la ejecución de sucesivos atracos y robos, todos ellos realizados a oscuras. Las horas en el espacio incierto de su casa, a tientas, constituían su mejor y diario entrenamiento.


Mujer leyendo el periódico. Manet